martes, 26 de mayo de 2020

Simulación Clínica: utilidad en tiempos del Covid-19

Educación Médica Actual

Educación médica Actual
Aporte Reflexivo al Análisis Crítico de Morín
Adalberto Amaya A. MD PhD

REFLEXIÓN CRÍTICA CONSTRUCTIVA AL PENSAMIENTO COMPLEJO EN EDUCACIÓN MÉDICA

Leyendo un artículo encontré que, Según Morín, existen siete aspectos sobre los cuales debemos trabajar para tener personas mejor educadas; a continuación, analizaré aquellos aspectos considerados por dicho autor desde el pensamiento complejo, pero de paso, los ampliaré con base en los requerimientos actuales de la educación, aplicándolos en mi caso a la educación en medicina y ciencias de la salud por mi formación disciplinar, pero ojalá aplicable a múltiples disciplinas.

1.   La educación no son contenidos: Totalmente de acuerdo en cuanto a que las denominadas pedagogías heteroestructurantes (Luis Not), es decir, aquellas  que se centran en el también denominado "conductismo", es decir, aquel modelo pedagógico caracterizado por considerar al docente como eje del proceso enseñanza aprendizaje, quien es considerado a la vez como "dueño del saber" y el estudiante como "receptor" del mismo, es algo que debe cambiar radicalmente, de tal manera que la actualmente mal denominada “clase magistral”, que se ha convertido en el escudo de muchos docentes, a quienes se les denomina en muchas oportunidades como tal por generar una repetición conceptual producto de unos conceptos guardados en diapositivas como fuente de conocimiento, es algo que no debe perpetuarse. La clase magistral es excelente cuando preserva sus principios, es decir, cuando es dictada con base en la experiencia conceptual de quien la dicta, lo cual no se encuentra textualmente en ninguna parte o se centra en la aclaración conceptual por parte de quien es docto de la disciplina. En caso de requerir una clase teórica, la metodología también ha cambiado de tal manera que, debe hacerse con base en un conocimiento previo por parte del estudiante, idealmente utilizando medios de manera interactiva, estrategias virtuales, audiovisuales o de participación con base en problemas o situaciones de aplicación interpretativa, de tal manera que generen una dinámica neuronal diferente a la repetición sistematizada de lo que se puede leer en un libro. Algo así descrito en las denominadas “sesiones de teoría dinámica”, por el autor del presente. Lo anterior exige el generar estrategias evaluativas coherentes con la propuesta pedagógica, de tal manera que si bien es válido continuar haciendo evaluaciones de respuesta múltiple centradas en el saber o saber cómo (Pirámide de Miller), es necesario generar evaluaciones que hagan evidente la integración del conocimiento alrededor de la solución a la problemática social, intelectual o disciplinar, es decir, pudiendo evaluar el “Hacer” y “mostrar cómo”, ya sea a través de la generación de espacios de formación utilizando la simulación clínica o evaluando directamente en la práctica clínica profesional . Esta evaluación sistematizada a través de la simulación ayuda a hacer evidentes los dominios de los elementos que componen las competencias generando durante la práctica profesional procedimientos más idóneos que entran a formar parte de la denominada “seguridad del paciente”

2.   El conocimiento integral: En este aspecto es importante reforzar la idea de Morín en cuanto a que la educación no se genera con base en la solución particular de las problemáticas sociales o disciplinares. Se hace necesaria una educación que promueva la integralidad articulada a través del proceso de enseñanza aprendizaje comprensivo “holístico”, es decir que genere la capacidad de utilizar el conocimiento para llegar a la solución de lo general a lo particular, es decir, una educación que no se centre en la generación de conocimientos fragmentados alrededor de las diversas problemáticas. En este punto toma una gran importancia conceptual la propuesta de Ausubel en cuanto al denominado “Aprendizaje significativo”, el cual hace énfasis en la importancia que tiene el conocimiento previo del estudiante antes de iniciar el proceso de ordenamiento del nuevo aprendizaje. Considero entonces que: “Si logramos en los estudiantes buenas representaciones mentales con engramas claros y holísticos alrededor del conocimiento, lograremos procesos lógicos para la solución de problemas particulares”. Lo anterior implica un aspecto fundamental en la educación actual como es, la consideración de la formación interdisciplinar, lo cual es fundamental para el desarrollo y desempeño por competencias, debido a que, fortalece el ejercicio profesional al generar conocimientos que superan las limitaciones disciplinares, así como el reconocimiento y aplicación de competencias necesarias para el trabajo en equipo, aspecto casi que carente en la cultura latinoamericana.

3.   El humano en su entorno:El educar teniendo en cuenta la posición del hombre en la naturaleza, en el cosmos…”; este es un aspecto contrario a la especialización y el pragmatismo de la ciencia actual. Existe la tendencia a enseñar medicina atomizando el conocimiento del hombre desde sus diferentes sistemas,  muchas veces incluso sin combinarlo con su entorno natural (donde vive, costumbres, clima, raza, sexo, edad,  condición geopolítica y epidemiológica), lo cual genera una veneración ideal del conocimiento fragmentado, exaltado por las especialidades de los docentes quienes obviamente hacen ver un gran dominio conceptual desde cada frontera del conocimiento pero desconociendo la realidad del objetivo de formación. En este punto es importante generar claridad en cuanto a los objetivos, competencias e indicadores. Llama la atención que la formación actual de los estudiantes de medicina se centre en hospitales de cuarto nivel de atención en salud, saliendo estudiantes titulados de pregrado con un dominio teórico conceptual del manejo de pacientes en oncología, trasplante, cirugía, etc. pero con una gran debilidad en la formación de lo que requiere el humano y su entorno, en este caso de la atención primaria. La ciencia médica es tan extensa en cada campo de especialización, que, le hacen ver al estudiante cada campo como un ideal de formación al cual deben llegar, y resulta que, dicho ideal está distante del objetivo para su nivel de formación. Requerimos un cambio estructural en la formación con un mayor contacto de la problemática cotidiana del hombre en su entorno natural antes de llegar a la complejidad de las especialidades. Esto plantea un cambio educativo estructural en la formación médica, generando la necesidad de dedicar mayor tiempo a la didáctica y evaluación de competencias en atención primaria lo cual implica un médico que no se limite a ser un remitidor hacia las especialidades sino un ejecutor y solucionador de problemas en dicho nivel de atención.

4.   Unidad en la diversidad: Entendida por Morín como la educación del mañana con una conciencia terrenal, aprovechando la globalización, caracterizada por la "conciencia antropológica de la diversidad, la conciencia ecológica de convivir con otras especies, la conciencia cívica con derechos y responsabilidades de los habitantes de una nación global y la conciencia espiritual que viene del razonamiento interior". Dicha unidad en la diversidad debe tener una interacción entre el individuo, su sociedad y la especie humana, lo cual es denominado por Morín como la “antropo-ética”, cuyo objetivo se centra en la humanización de la humanidad, el respeto por la identidad de los demás como la propia, en resumen, unidad en la diversidad significa educar de tal manera que, contribuya al bienestar social con individuos productivos y participativos. Esto nos lleva a pensar en la importancia que tiene en la formación médica la implementación de las áreas socio humanísticas, las cuales, por que no decirlo, han sido tenidas en cuenta en un tercer plano en la formación, debido al supuesto dominio del pensamiento científico del médico, dominio que ha desfavorecido sustancialmente al profesional distanciándolo del aspecto humanístico de la profesión. Lo anterior implica el conocimiento antropológico del hombre y las sociedades, su evolución, sus batallas, creencias, valores, derechos, deberes, su esencia cultural, etc. es decir, el conocimiento del hombre en su totalidad (de manera holística), como eje central de la enseñanza -aprendizaje y de su bienestar en medio de la evolución antropológica.

5.   Preparar para lo incierto: Es importante preparar para la incertidumbre, con mayor razón en la medicina, la cual de hecho no es una ciencia exacta y no lo es por precisamente corresponder a las ciencias humanas (así sea lo humano visto desde el punto de vista científico). El razonamiento clínico es fundamental en la formación médica y si bien no es una asignatura, es un proceso mental que se debe trabajar y desarrollar a lo largo de todo el tiempo de formación de tal manera que genere una organización mental en los procesos de ideación, en búsqueda de las explicaciones a fenómenos que muchas veces pueden ser dados por la individualidad del fenómeno o la universalidad del mismo. Si bien este proceso a diferencia del razonamiento matemático no pretende en su búsqueda la solución exacta a la mayoría de los problemas, si pretende generar un pensamiento lógico que nos permita actuar dentro de la incertidumbre ya sea por convicción o con base en un soporte científico deductivo -  inductivo, que nos lleva a actuar de manera lógica aunque incierta, lo cual se constituye en la base de la evolución científica, siendo este proceso fundamental para la generación de procedimientos que pueden llegar a ser considerados como ciertos en un futuro próximo debido a que una vez confirmados, pasan a ser conceptos del pensamiento centrado en el positivismo.

6.   Aprender desde la comprensión: Según Morín, este aspecto corresponde al hecho de concebir el conocimiento como un asunto global mediado por factores como la ética, las costumbres, las inclinaciones políticas y religiosas. Este aspecto desde el punto de vista de educación médica es importante sobre todo en lo correspondiente a la relación médico paciente, haciendo énfasis en la comunicación, es decir que el entrenamiento en la comunicación escrita, verbal y actitudinal son fundamentales en el momento de considerar múltiples aspectos que inciden en las definiciones de salud – enfermedad. El respeto hacia el paciente, sus costumbres, comportamientos éticos y sociales exigen una formación con delineamientos claros acerca del manejo de las situaciones frecuentes que puede enfrentar en la realidad del ejercicio profesional, así como el manejo de la incertidumbre en caso de enfrentar una situación desconocida.

7.   Transformar la educación: Es evidente con base en los puntos anteriormente enunciados, la imperiosa necesidad de cambio en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es importante el considerar como fundamental la formación de los docentes de medicina en educación; hemos sido acostumbrados a ser llamados profesores de un día para otro por el hecho de ser profesionales o especialistas pero es necesaria la formación en educación médica para entender la trascendencia que esto tiene en la transformación educativa. La educación en medicina y ciencias de la salud sigue siendo en más de una oportunidad de manera artesanal (es decir: míreme hacerlo y el día que lo haga como yo, estará bien…), parece ilógico, pero esto persiste en la actualidad y es una realidad que incide en la falta de progreso de los procesos educativos. Se requiere un cambio en la formación de los docentes de tal manera que den respuesta al dominio de las TIC, exigido en la actualidad por la necesidad de inclusión de las estrategias didácticas desarrolladas en el ciberespacio a través de los denominados e learning y b learning, dominios que muchas veces dan por hecho que dominan todos los estudiantes, realidad que no es cierta en la totalidad de los casos. Es fundamental el cambio por parte de los estudiantes quienes deben asumir una mayor responsabilidad en su formación, sin ser autónomos totalmente independientes, pero sí, con modelos pedagógicos que correspondan a patrones curriculares que permitan la introducción de modelos con predominio auto e interestructurantes (Luis Not), en lo posible dentro del desarrollo disciplinar, implementando modelos curriculares actuales por ejemplo, centrados por competencias o por PBL (Problem Based learning), flexibles, integrados, interdisciplinares con componentes cognitivos y sociales importantes , de tal manera que den respuesta a las denominadas actualmente como “actividades profesionales encomendables” o EPA´s (Entrustable Profesional Activities);  pero lo más importante, se requiere dar lugar a la formación de profesionales médicos sensibles a la problemática humana y social en salud, con criterios éticos, con conocimientos de alto nivel de atención primaria y con las competencias necesarias para ser líderes de beneficio individual y global en salud, generadores de las nuevas transformaciones que exige la formación médica profesional en la actualidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PUBLICACIONES

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