miércoles, 1 de julio de 2020

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PUBLICACIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PUBLICACIONES



Amaya A., A. (2014). Competencias, objetivos, habilidades y destrezas: ¿cómo entender las diferencias conceptuales? Una analogía de entendimiento a partir de un bloqueo en el tránsito automotor. Universitas Médica55(4), 424-435. https://doi.org/10.11144/Javeriana.umed55-4.cohd


Amaya Afanador, Adalberto (2007). ¿De qué hablamos cuando decidimos que enseñamos medicina con base en un currículo por aprendizaje basado en problemas? Universitas Médica, 48, (3), 2007,  249-260 . ISSN: 0041-9095.


Amaya Afanador, Adalberto (2012). Simulación clínica y aprendizaje emocional. Revista Colombiana de Psiquiatría, 41 ( ), 44S-51S.  ISSN: 0034-7450.



Adalberto Amaya Afanador. (2012) Evaluación de habilidades clínicas. revista virtual ASCOFAME. 2 (2). 2012. ISSN: 2077-8403



Amaya-Afanador A. (2019). Catorce pasos para introducir la simulación clínica al currículo de medicina y ciencias de la salud . Revista Latinoamericana de Simulación Clínica.1(1):55-60. doi:10.35366/RSC191I.



Amaya Afanador, A. (2010). Simulación clínica: “aproximación pedagógica de la simulación clínica”. Universitas Médica51(2), 204-211. ISSN: 0041-9095
https://doi.org/10.11144/Javeriana.umed51-2.scap




Amaya Afanador, Adalberto (2008). Simulación clínica: ¿pretende la educación médica basada en la simulación remplazar la formación tradicional en medicina y otras ciencias de la salud en cuanto a la experiencia actual con los pacientes? Universitas Médica, 49(3), 399-405. ISSN: 0041-9095 https://www.redalyc.org/pdf/2310/231016421008.pdf



Amaya Afanador, Adalberto (2011). Importancia y utilidad de las "Guías de simulación clínica" en los procesos de aprendizaje en medicina y ciencias de la salud Universitas Médica, 52 (3), 309-314. ISSN: 0041-9095


Amaya A.,A. (2010). Educación médica actual, un reto conceptual. Universitas Médica,  51(2).115-119 ISSN: 0041-9095


Amaya A.,A. (2010). Simulación clínica, Un reto curricular de las facultades de medicina, un criterio de calidad de la formación médica. Journal Universidad Javeriana.


Amaya A., Adalberto (2008). El razonamiento clínico un objetivo de la educación médica. Universitas Médica, 49(3), 289-292. ISSN: 0041-9095



Amaya Afanador, Adalberto (2008). ¿Hablar de currículo y reforma curricular es lo mismo que cambiar el plan de estudios?. Universitas Médica, 49 (2), 243-248. ISSN: 0041-9095



Díaz-Guio DA, Ferrero F, Vázquez-Vázquez JA, Amaya- A., et al. (2019). Educación en línea: un camino hacia la formación docente sin fronteras. Revista Latinoamericana de Simulación Clínica. 1(3):121- 122.




Amaya Afanador, A. (2010). Centro de Simulación Clínica Pontificia Universidad Javeriana Primer centro colombiano de simulación de alta fidelidad. Universitas Médica51(2), 184-185. ISSN: 0041-9095


https://youtu.be/sunH6YOuC_0?t=36

MODELO EN 14 PASOS PARA INTRODUCIR LA SIMULACIÓN CLÍNICA AL CURRÍCULO DE MEDICINA Y CIENCIAS DE LA SALUD

MODELO EN 14 PASOS PARA INTRODUCIR LA SIMULACIÓN CLÍNICA AL CURRÍCULO DE MEDICINA Y CIENCIAS DE LA SALUD
Autor: Adalberto Amaya A. MD PhD


Una de las dificultades que se presenta en las facultades de medicina y ciencias de la salud corresponde a la pregunta acerca de: ¿Cómo introducir la simulación clínica al currículo? A continuación, se expone un modelo diseñado por el autor del presente, con base en la experiencia y aplicación llevada a cabo en el campo de trabajo y a través de diversas asesorías de reforma curricular en medicina y ciencias de la salud lo cual se ha traducido en un buen resultado en lo concerniente a la organización y secuenciación curricular.
La propuesta de este modelo se centra en 14 pasos desarollados en dos fases secuenciales bien diferenciadas, 8 pasos correspondientes a la fase inicial denominada como exploratoria y 6 pasos correspondientes a la segunda fase denominada como creativa.
Fase exploratoria:
Esta fase inicial se denominó de esta manera debido a que, muchas veces se pretenden implementar las dinámicas de la simulación clínica con los estudiantes de pre y post grado, centrados en los intereses particulares del docente o en el interés disciplinar sin tener en cuenta la importancia que tiene dentro de la planeación, una primera fase, en la cual, los pasos que se deben desarrollar implican una búsqueda de información necesaria para la fundamentación de la inclusión curricular de la simulación clínica.
Paso 1: Ubicarnos muy bien como disciplina, asignatura, área o departamento académico, con respecto a dónde nos encontramos dentro del Proyecto Educativo Institucional (PEI). Este es un ejercicio fundamental al inicio de cualquier actividad académica que implique reforma curricular debido a que en el PEI tenemos la carta de navegación del currículo y nos delimita claramente la misión, visión, propósitos e identidad institucional. Si bien es cierto que el PEI, no nos habla específicamente del programa, allí definimos el marco conceptual que rige la identidad de formación institucional y los diversos énfasis de formación integral que exige la formación académica actual, generando una coherencia entre nuestras ideas y propuestas con respecto a los delineamientos institucionales lo cual nos proyecta a pensar acerca del cómo podemos contribuír a ese ideal de formación institucional desde nustras prácticas en simulación clínica.Resumiendo la importancia que tiene este punto podríamos afirmar que el PEI es la carta de navegación que nos brindan las instituciones para el desarrollo inicial de los programas y con base en lo anterior, es fundamental tenerla presente.
Paso 2: Conocer y analizar perfectamente el Proyecto Educativo del Programa (PEP), para centrar nuestra atención en la pertinencia que tiene nuestra propuesta de simulación desde el punto de vista profesional, con el fin de brindar un apoyo y refuerzo de lo planteado en dicho proyecto; en el PEP encontramos definidos aspectos fundamentales para tener en cuenta tales como, los perfiles (profesional y ocupacional), los objetivos de formación, las competencias (Tobón 2005),  que deben desarrollar los estudiantes a lo largo de dicho proceso formativo (en caso de tener un currículo por competencias),los denominados en lenguaje anglosajón como EPA´s (entrustable professional activities, 2015) o actividades profesionales encomendables esperadas al final de la formación, etc. El tener claridad en este punto nos ayuda a conocer los énfasis de las prácticas simuladas y los campos a desarrollar a través de la misma (alcances y limitaciones).
Paso 3: Considerar la Organización curricular (Kern,D. 2009) (ciclos, ejes, aproximaciones interdisciplinarias), la forma de organización del proceso de formación en cuanto al macro, meso y microcurrículo, reconociendo elementos fundamentales para la planeación de la simulación, tales como, la modalidad curricular, ya sea por problemas (aprendizaje basado en problemas (ABP), por asignaturas (tradicional), por núcleos temáticos (currículo nuclear), etc., incluyendo el reconocimiento de las características del mismo tales como, si es abierto (o a distancia) y en qué proporción, así como la proporción de presencialidad, son aspectos que debemos tener en cuenta en el momento de hacer la propuesta de inclusión de la simulación. De igual manera es importante reconocer ciertas características del currículo tales como el grado de rigidez o flexibilidad curricular (número de pre requisitos entre asignaturas, sistema de créditos académicos, facilidad de tiempo y consideración de materias electivas y complementarias), en fin, aspectos que nos permiten introducir la simulación haciendo evidente una óptima secuenciación curricular. Es claro que una práctica aislada en simulación no asegura el desarrollo de la competencia y es necesaria la repetición del proceso en variados y determinados momentos con complejidad progresiva con el fin de optimizar el desarrollo de las competencias, esto se logra introduciendo las prácticas de manera lógica, pertinente y con un nivel de complejidad creciente a lo largo del plan de estudios, con el finde no caer en el error frecuente de generar prácticas aisladas (como se hace frecuentemente), con buena intención de uno o dos profesores, pero con grandes debilidades en lo correspondiente al aprendizaje significativo (Ausubel,1983). Solamente conociendo la organización podemos programar el grado de complejidad, frecuencia y pertinencia que tienen ciertos temas y prácticas en determinados momentos del plan de estudios. 
Paso 4: Explorar los requerimientos de ley existente en los diferentes países con respecto a la reglamentación de los criterios de calidad exigidos a las instituciones de educación superior (universidades), en aras de certificar la calidad de formación profesional y con base en la misma otorgar la licencia de ejercicio profesional (Tarjeta profesional). Es decir, colaborar desde la simulación con los delineamientos de Acreditación de Calidad en la Educación Superior exigida a las buenas universidades en los diferentes países, asegurando un óptimo entrenamiento profesional universitario utilizando estrategias didácticas y evaluativas que potencialicen el desarrollo de los elementos que componen las competencias (Tobón 2005),  por parte de los estudiantes, y con base en esto, favoreciendo de manera significativa la denominada seguridad del paciente (Aggarwal, 2010).
Paso 5: Tener en cuenta los requisitos de entrenamiento estipulados en el sistema de atención en salud y desarrollar con base en los mismos, prácticas simuladas que cumplan con dichos objetivos. Es frecuente encontrar como parte de la reglamentación para el ejercicio profesional medidas tales como, el dominio y certificación de entrenamiento en actividades fundamentales como corresponde a la reanimación cardiopulmonar básica y avanzada. Indirectamente podemos encontrar reglamentación en cuanto a certificación de formación para la implementación de programas de promoción de la salud y prevención de la enfermedad; estos aspectos muchas veces tácitamente exigen una formación excelente en comunicación efectiva y acertiva, lo cual se puede asegurar a través del diseño de prácticas de simulación de mediana fidelidad, correspondientes a la formación con pacientes estandarizados (simulados). De igual manera, campañas que pueden resultar de las necesidades epidemiológicas específicas de una región para el manejo de una situación crítica, en fin, es importante contemplar los programas de atención en salud para generar estrategias de entrenamiento a través de la simulación clínica.  
Paso 6: Identificar los requisitos globales mínimos de formación profesional, es decir, requerimientos mínimos de formación para poder decir que ese individuo cumple con las características profesionales que lo avalan para ser reconocido profesionalmente como tal. Por ejemplo, en medicina, existen definidos los dominios que debe tener un individuo para poderse llamar “médico”. Estos dominios están descritos por el IIME(2002) (International Institute for Medical education), o por el Global minimun requirement for medical education, los cuales pueden ser considerados y se pueden tener en cuenta independientes del PEI y el PEP.  De igual manera podemos tener en cuenta para la formación profesional,  trabajos de reconocimiento internacional como por ejemplo las denominadas, Actividades Profesionales Encomendables “EPA´S), las cuales nos ayudan a identificar actividades específicas y exigibles a cualquier profesional médico (en nuestro caso). Esta es la base para el diseño metodológico (didáctico), de  la simulación a través de actividades de baja, mediana o alta fidelidad.
Paso 7: Identificar los problemas básicos en salud utilizando estadística y epidemiología regional, nacional e internacional (observatorio mundial de la salud, carga de la enfermedad), con el fin de considerar las competencias necesarias para la atención en salud coherente con la problemática allí encontrada. Esto le da coherencia y pertinencia a todas las actividades que se desarrollen en el centro de simulación o a través de la simulación in situ. Muchas veces se comete el error de llevar a la simulación temas poco frecuentes en la práctica, se considera que, es un error importante debido a que, la simulación debe orientarse hacia el reforzamiento y optimización de desempeños profesionales, lo cual tácitamente supone un dominio excepcional de lo frecuente.
Paso 8: Identificar los temas específicos disciplinares (core), los cuales se constituyen en requisitos específicos mínimos (habilidades, destrezas y conocimientos específicos) profesionales los cuales deben ser incluídos temáticamente en las sesiones de simulación. Es importante considerar las necesidades específicas de formación con respecto al desarrollo de habilidades y destrezas muchas veces de tipo técnico, procedimental o interpretativo, lo cual debe considerarse durante la planeación de la inclusión de la simulación al currículo, utilizando un tiempo y espacio de formación que a pesar de no corresponder a la problemática planteada en los 7 puntos anteriores, sí corresponden a la problemática específica que debe superar el profesional como parte de sus dominios.
Fase creativa:
Esta fase se denominó de esta manera debido a que los pasos que se desarrollan en esta etapa constituyen la identidad del programa de simulación clínica (específico para la institución y para el plan de estudios), en un contexto local, regional o nacional, pero con visión de formación universal. Los siguientes seis (6) pasos tratan de orientar la fase creativa y como se deduce de su nombre no se constituye en una camisa de fuerza, simplemente tiene en cuenta ciertos parámetros de viabilidad del pensamiento creativo e innovador del docente.
Paso 9: Generar un proceso de planeación para resolver problemas académicos de formación, que difieren de los problemas específicos profesionales, es decir, definiendo los bloques o ejes temáticos, alrededor de los cuales se van a desarrollar actividades de simulación de manera transversal en el plan de estudios, ejemplo: comunicación, diagnóstico, actitud, bioética, prevención, etc. Esto conlleva a considerar el desarrollo permanente de espacios de práctica simulada secuencial, con crecimiento progresivo del eje temático a lo largo de los semestres independiente de los problemas o temas específicos profesionales. Con base en lo anterior y a manera de ejemplo, si tomamos la comunicación, independiente del grado académico de formación, se deben incluír en los escenarios, actividades de desarrollo creciente de las competencias comunicativas; por ejemplo en fase inicial podemos emular elaboración de historia clínica sin complejidad con paciente estandarizado, en otro nivel, con dificultad creciente en la obtención de la información, posteriormente y en otro nivel, diseñar escenarios dando malas noticias, luego liderando la comunicación dentro de un equipo de trabajo y aunque el evento corresponda a algo específico profesional como puede ser una reanimación cardiopulmonar, incluír la evaluación de la comunicación como líder, y en fin… desarrollar con claridad los ejes temáticos con base en los objetivos y competencias planteadas, cumpliendo con el desarrollo del problema académico de formación (en el ejemplo, la comunicación), en diferentes escenarios y ambientes de aprendizaje simulado. Esto es difícil de ver contemplado en el currículo actual de las universidades, en donde simplemente desarrollan por ejemplo, un escenario de entrenamiento simulado para practicar la anamnesis como un elemento de formación instrumental, en un nivel específico de formación, pero se descuida la secuenciación que debe tener el desarrollo del problema planteado a lo largo de diversas actividades de simulación. 
Paso 10: Generar un proceso de planificación para diseñar la secuenciación curricular de la simulación, es decir, que no queden prácticas únicas y aisladas de determinados temas (error muy frecuente en las practicas actuales de la simulación);  toda sesión debe potencializar y en lo posible, debe tener relación con otra precedente, utilizando el conocimiento y habilidad previamente adquirido. Con base en lo anterior y retomando el ejemplo, como estrategia de entendimiento, es factible en actividades académicas iniciales, realizar escenarios para manejo básico de vía aérea con ventilación utilizando un dispositivo BVM (Bolsa, válvula, máscara), en otra instancia, o nivel de formación, generar escenarios de identificación de hipoxia con los correspondeintes elementos o dispositivos para optimizar la oxigenoterapia (cánula, máscara, ventury); posteriormente y en otro nivel, escenarios para entrenar la intubación orotraqueal, luego combinación de masaje cardíaco y ventilación asistida con BVM, y así de manera progresiva de tal manera que no se presenten hechos como, ver estudiantes que rotan por anestesia en un semestre avanzado, recibiendo por primera vez prácticas de intubación orotraqueal, o de oxigenoterapia. De igual manera sucede por ejemplo con el uso de antiarrítmicos o inotrópicos, los cuales ven en la mayoría de los casos al final de los programas académicos siendo que deberían de haberse desarrollado sus habilidades de aplicación a lo largo de toda su formación. De manera concluyente, este paso descrito correspondiente a la secuenciación es fundamental para la inclusión curricular de la simulación clínica de manera exitosa y con calidad.
Paso 11: Planificar la evaluación (auto-hetero y co evaluación) es un paso muy importante y en la medida de lo posible debemos dejar establecidos los momentos ideales de evaluación sumativa y formativa; la simulación clínica es una de las estrategias didácticas que podemos identificar como de óptima escogencia en el momento de desear evaluar las competencias. El hecho de contar con guías de procedimiento, hace que lo procedimental sea evaluado de una manera más objetiva a través de listas de chequeo o de observación. De igual manera el poder hacer evidentes las actitudes, la comunicación, la forma de interpretación y toma de decisiones favorece la aplicación de instrumentos de evaluación que nos ayudan a llevar lo cualitativo al campo de lo cuantitativo como por ejemplo, utilizando las denominadas rúbricas. El estudiante al contar con la facilidad de poderse filmar haciendo un procedimiento y utilizando los instrumentos descritos puede hacer una autoevaluación antes de de la heteroevaluación. El poder contar con estrategias óptimas de evaluación formativa como lo es el denominado debriefing,  luego de los escenarios de alta fidelidad, hacen de esta estrategia uno de los mecanimos más importantes y significativos para el estudiante. El poder  planear una observación estructurada clínica por competencias, denominada en el lenguaje anglosajón como OSCE (Objective structured clinical examination), (Stilson, F. 2009), hacen de esta estrategia un ideal de evaluación por competencias, pero independiente de estas estrategias, lo importante es recordar que dentro de la inclusión curricular de la simulación no podemos dejar de lado la planificación de la evaluación, porque forma parte fundamental de este proceso. Con base en lo anterior, es clara la importancia que tiene este paso dentro de la inclusión curricular y debemos dejar claramente definido el Qué?  ¿Cómo?  ¿Cuándo? ¿Quién? ¿Y Por qué? vamos a evaluar a través de la simulación. 
Paso 12: Es importante dejar planificada la elección del tipo de simulación, de tal manera que dependiendo de los elementos de competencia que se deseen desarrollar, se deje constancia del tipo de simulación a utilizar de tal manera que de manera general podríamos pensar en utilizar la baja fidelidad (para predominio de competencias técnicas), mediana fidelidad (para predominio de competencias comunicativas y de interacción virtual y háptica), alta fidelidad (para análisis, actitud, toma de decisiones, liderazgo, etc.). Con base en lo anterior, debe quedar claro que no todo conocimiento en medicina y ciencias de la salud se debe llevar a la simulación clínica y aquel que se lleve a la práctica simulada exige una escogencia de la modalidad de simulación.
Paso 13: La Planificación estratégica y financiera se debe establecer con base en el tiempo de implementación de la simulación, los espacios físicos, disponibilidad de personal docente, necesidades de implementación (simuladores, audio, sonido, vidrio unidireccional, material de procedimientos, insumos, computadores, sistemas, mantenimientos), mecanismos de soporte financiero que apoyen el funcionamiento y mantenimiento activo de todos los medios y personal que hacen posible el desarrollo de la simulación. Este punto depende de múltiples factores que son individuales e independientes de las instituciones por lo cual no ahondaremos en el tema, pero, no debemos olvidar que se debe incluír la capacitación docente para realizar una simulación clínica de manera idónea, sin caer en el error de pagar costos exagerados por aprender una técnica que si bien es de excelente utilidad, no es la solución completa al problema de la educación médica latinoamericana. Existen múltiples estrategias aplicables a la calidad de formación en medicina pero implica una estudio formal por parte de los docentes de medicina quienes a pesar de ser especialistas requieren estudios en educación.
Paso 14: Por último, es importante establecer el número de créditos académicos y un plan de capacitación de instructores , requeridos para la formación de cada una de las competencias, habilidades o destrezas, de tal manera que podamos cuantificar el número de horas exigidas para la implementación trans- curricular de la simulación clínica (de manera detallada para cada semestre), así como, generar un plan de capacitación de instructores que deseen trabajar en simulación; dicha capacitación no es instrumental es decir, no solamente centrada en la técnica para hacer un moulache (técnica para emular heridas, sangrado, etc), un debriefing o un escenario de alta fidelidad; debe ser realizada idealmente por profesores de la disciplina, con experiencia para resolver los problemas educativos, no solamente los de facto solucionados con técnica. La capacitación debe ser conceptual, académica e idealmente con fundamentación pedagógica.

BIBLIOGRAFÍA
Aggarwal, R. (2010, August).Training and simulation for patient safety, enQuality & safetyin Health care, núm.19 Suppl 2, pp.34-43.
Ausubel, Novak, Hanesian. (1983). Psicología Educativa: Un punto de vista cognoscitivo. México, Editorial Trillas, 2ª edición.
IIME Core Committee.(2002). “Global minimum essential requirements for medical education”. Medical Teacher. Vol. 24, No. 2
Kern,D. et al. (2009).Curriculum development for medical education a six step approach, Baltimore, USA. Johns Hopkings University press

Olle ten Cate, Huiju Carrie Chen, Reinier G. Hoff, Harm Peters, Harold Bok & Marieke van der Schaaf(2015) Curriculum development for the workplace using Entrustable Professional Activities (EPAs): AMEE Guide No. 99, Medical Teacher, 37:11, 983-1002, DOI: 10.3109/0142159X.2015.1060308
Stilson,F (2009) Psychometrics of OSCE Standardized Patient Measurements . University of South Florida. http://proquest.umi.com/pqdweb?did=2133429161&Fmt=7&clientId=23922&RQT=309&VName=PQD
Tobón,S. (2005) Formación basada en competencias. Pensamiento complejo, diseño curricular y didáctica.Bogotá. Ecoe ediciones.

martes, 26 de mayo de 2020

Simulación Clínica: utilidad en tiempos del Covid-19

Educación Médica Actual

Educación médica Actual
Aporte Reflexivo al Análisis Crítico de Morín
Adalberto Amaya A. MD PhD

REFLEXIÓN CRÍTICA CONSTRUCTIVA AL PENSAMIENTO COMPLEJO EN EDUCACIÓN MÉDICA

Leyendo un artículo encontré que, Según Morín, existen siete aspectos sobre los cuales debemos trabajar para tener personas mejor educadas; a continuación, analizaré aquellos aspectos considerados por dicho autor desde el pensamiento complejo, pero de paso, los ampliaré con base en los requerimientos actuales de la educación, aplicándolos en mi caso a la educación en medicina y ciencias de la salud por mi formación disciplinar, pero ojalá aplicable a múltiples disciplinas.

1.   La educación no son contenidos: Totalmente de acuerdo en cuanto a que las denominadas pedagogías heteroestructurantes (Luis Not), es decir, aquellas  que se centran en el también denominado "conductismo", es decir, aquel modelo pedagógico caracterizado por considerar al docente como eje del proceso enseñanza aprendizaje, quien es considerado a la vez como "dueño del saber" y el estudiante como "receptor" del mismo, es algo que debe cambiar radicalmente, de tal manera que la actualmente mal denominada “clase magistral”, que se ha convertido en el escudo de muchos docentes, a quienes se les denomina en muchas oportunidades como tal por generar una repetición conceptual producto de unos conceptos guardados en diapositivas como fuente de conocimiento, es algo que no debe perpetuarse. La clase magistral es excelente cuando preserva sus principios, es decir, cuando es dictada con base en la experiencia conceptual de quien la dicta, lo cual no se encuentra textualmente en ninguna parte o se centra en la aclaración conceptual por parte de quien es docto de la disciplina. En caso de requerir una clase teórica, la metodología también ha cambiado de tal manera que, debe hacerse con base en un conocimiento previo por parte del estudiante, idealmente utilizando medios de manera interactiva, estrategias virtuales, audiovisuales o de participación con base en problemas o situaciones de aplicación interpretativa, de tal manera que generen una dinámica neuronal diferente a la repetición sistematizada de lo que se puede leer en un libro. Algo así descrito en las denominadas “sesiones de teoría dinámica”, por el autor del presente. Lo anterior exige el generar estrategias evaluativas coherentes con la propuesta pedagógica, de tal manera que si bien es válido continuar haciendo evaluaciones de respuesta múltiple centradas en el saber o saber cómo (Pirámide de Miller), es necesario generar evaluaciones que hagan evidente la integración del conocimiento alrededor de la solución a la problemática social, intelectual o disciplinar, es decir, pudiendo evaluar el “Hacer” y “mostrar cómo”, ya sea a través de la generación de espacios de formación utilizando la simulación clínica o evaluando directamente en la práctica clínica profesional . Esta evaluación sistematizada a través de la simulación ayuda a hacer evidentes los dominios de los elementos que componen las competencias generando durante la práctica profesional procedimientos más idóneos que entran a formar parte de la denominada “seguridad del paciente”

2.   El conocimiento integral: En este aspecto es importante reforzar la idea de Morín en cuanto a que la educación no se genera con base en la solución particular de las problemáticas sociales o disciplinares. Se hace necesaria una educación que promueva la integralidad articulada a través del proceso de enseñanza aprendizaje comprensivo “holístico”, es decir que genere la capacidad de utilizar el conocimiento para llegar a la solución de lo general a lo particular, es decir, una educación que no se centre en la generación de conocimientos fragmentados alrededor de las diversas problemáticas. En este punto toma una gran importancia conceptual la propuesta de Ausubel en cuanto al denominado “Aprendizaje significativo”, el cual hace énfasis en la importancia que tiene el conocimiento previo del estudiante antes de iniciar el proceso de ordenamiento del nuevo aprendizaje. Considero entonces que: “Si logramos en los estudiantes buenas representaciones mentales con engramas claros y holísticos alrededor del conocimiento, lograremos procesos lógicos para la solución de problemas particulares”. Lo anterior implica un aspecto fundamental en la educación actual como es, la consideración de la formación interdisciplinar, lo cual es fundamental para el desarrollo y desempeño por competencias, debido a que, fortalece el ejercicio profesional al generar conocimientos que superan las limitaciones disciplinares, así como el reconocimiento y aplicación de competencias necesarias para el trabajo en equipo, aspecto casi que carente en la cultura latinoamericana.

3.   El humano en su entorno:El educar teniendo en cuenta la posición del hombre en la naturaleza, en el cosmos…”; este es un aspecto contrario a la especialización y el pragmatismo de la ciencia actual. Existe la tendencia a enseñar medicina atomizando el conocimiento del hombre desde sus diferentes sistemas,  muchas veces incluso sin combinarlo con su entorno natural (donde vive, costumbres, clima, raza, sexo, edad,  condición geopolítica y epidemiológica), lo cual genera una veneración ideal del conocimiento fragmentado, exaltado por las especialidades de los docentes quienes obviamente hacen ver un gran dominio conceptual desde cada frontera del conocimiento pero desconociendo la realidad del objetivo de formación. En este punto es importante generar claridad en cuanto a los objetivos, competencias e indicadores. Llama la atención que la formación actual de los estudiantes de medicina se centre en hospitales de cuarto nivel de atención en salud, saliendo estudiantes titulados de pregrado con un dominio teórico conceptual del manejo de pacientes en oncología, trasplante, cirugía, etc. pero con una gran debilidad en la formación de lo que requiere el humano y su entorno, en este caso de la atención primaria. La ciencia médica es tan extensa en cada campo de especialización, que, le hacen ver al estudiante cada campo como un ideal de formación al cual deben llegar, y resulta que, dicho ideal está distante del objetivo para su nivel de formación. Requerimos un cambio estructural en la formación con un mayor contacto de la problemática cotidiana del hombre en su entorno natural antes de llegar a la complejidad de las especialidades. Esto plantea un cambio educativo estructural en la formación médica, generando la necesidad de dedicar mayor tiempo a la didáctica y evaluación de competencias en atención primaria lo cual implica un médico que no se limite a ser un remitidor hacia las especialidades sino un ejecutor y solucionador de problemas en dicho nivel de atención.

4.   Unidad en la diversidad: Entendida por Morín como la educación del mañana con una conciencia terrenal, aprovechando la globalización, caracterizada por la "conciencia antropológica de la diversidad, la conciencia ecológica de convivir con otras especies, la conciencia cívica con derechos y responsabilidades de los habitantes de una nación global y la conciencia espiritual que viene del razonamiento interior". Dicha unidad en la diversidad debe tener una interacción entre el individuo, su sociedad y la especie humana, lo cual es denominado por Morín como la “antropo-ética”, cuyo objetivo se centra en la humanización de la humanidad, el respeto por la identidad de los demás como la propia, en resumen, unidad en la diversidad significa educar de tal manera que, contribuya al bienestar social con individuos productivos y participativos. Esto nos lleva a pensar en la importancia que tiene en la formación médica la implementación de las áreas socio humanísticas, las cuales, por que no decirlo, han sido tenidas en cuenta en un tercer plano en la formación, debido al supuesto dominio del pensamiento científico del médico, dominio que ha desfavorecido sustancialmente al profesional distanciándolo del aspecto humanístico de la profesión. Lo anterior implica el conocimiento antropológico del hombre y las sociedades, su evolución, sus batallas, creencias, valores, derechos, deberes, su esencia cultural, etc. es decir, el conocimiento del hombre en su totalidad (de manera holística), como eje central de la enseñanza -aprendizaje y de su bienestar en medio de la evolución antropológica.

5.   Preparar para lo incierto: Es importante preparar para la incertidumbre, con mayor razón en la medicina, la cual de hecho no es una ciencia exacta y no lo es por precisamente corresponder a las ciencias humanas (así sea lo humano visto desde el punto de vista científico). El razonamiento clínico es fundamental en la formación médica y si bien no es una asignatura, es un proceso mental que se debe trabajar y desarrollar a lo largo de todo el tiempo de formación de tal manera que genere una organización mental en los procesos de ideación, en búsqueda de las explicaciones a fenómenos que muchas veces pueden ser dados por la individualidad del fenómeno o la universalidad del mismo. Si bien este proceso a diferencia del razonamiento matemático no pretende en su búsqueda la solución exacta a la mayoría de los problemas, si pretende generar un pensamiento lógico que nos permita actuar dentro de la incertidumbre ya sea por convicción o con base en un soporte científico deductivo -  inductivo, que nos lleva a actuar de manera lógica aunque incierta, lo cual se constituye en la base de la evolución científica, siendo este proceso fundamental para la generación de procedimientos que pueden llegar a ser considerados como ciertos en un futuro próximo debido a que una vez confirmados, pasan a ser conceptos del pensamiento centrado en el positivismo.

6.   Aprender desde la comprensión: Según Morín, este aspecto corresponde al hecho de concebir el conocimiento como un asunto global mediado por factores como la ética, las costumbres, las inclinaciones políticas y religiosas. Este aspecto desde el punto de vista de educación médica es importante sobre todo en lo correspondiente a la relación médico paciente, haciendo énfasis en la comunicación, es decir que el entrenamiento en la comunicación escrita, verbal y actitudinal son fundamentales en el momento de considerar múltiples aspectos que inciden en las definiciones de salud – enfermedad. El respeto hacia el paciente, sus costumbres, comportamientos éticos y sociales exigen una formación con delineamientos claros acerca del manejo de las situaciones frecuentes que puede enfrentar en la realidad del ejercicio profesional, así como el manejo de la incertidumbre en caso de enfrentar una situación desconocida.

7.   Transformar la educación: Es evidente con base en los puntos anteriormente enunciados, la imperiosa necesidad de cambio en los procesos de enseñanza-aprendizaje. Es importante el considerar como fundamental la formación de los docentes de medicina en educación; hemos sido acostumbrados a ser llamados profesores de un día para otro por el hecho de ser profesionales o especialistas pero es necesaria la formación en educación médica para entender la trascendencia que esto tiene en la transformación educativa. La educación en medicina y ciencias de la salud sigue siendo en más de una oportunidad de manera artesanal (es decir: míreme hacerlo y el día que lo haga como yo, estará bien…), parece ilógico, pero esto persiste en la actualidad y es una realidad que incide en la falta de progreso de los procesos educativos. Se requiere un cambio en la formación de los docentes de tal manera que den respuesta al dominio de las TIC, exigido en la actualidad por la necesidad de inclusión de las estrategias didácticas desarrolladas en el ciberespacio a través de los denominados e learning y b learning, dominios que muchas veces dan por hecho que dominan todos los estudiantes, realidad que no es cierta en la totalidad de los casos. Es fundamental el cambio por parte de los estudiantes quienes deben asumir una mayor responsabilidad en su formación, sin ser autónomos totalmente independientes, pero sí, con modelos pedagógicos que correspondan a patrones curriculares que permitan la introducción de modelos con predominio auto e interestructurantes (Luis Not), en lo posible dentro del desarrollo disciplinar, implementando modelos curriculares actuales por ejemplo, centrados por competencias o por PBL (Problem Based learning), flexibles, integrados, interdisciplinares con componentes cognitivos y sociales importantes , de tal manera que den respuesta a las denominadas actualmente como “actividades profesionales encomendables” o EPA´s (Entrustable Profesional Activities);  pero lo más importante, se requiere dar lugar a la formación de profesionales médicos sensibles a la problemática humana y social en salud, con criterios éticos, con conocimientos de alto nivel de atención primaria y con las competencias necesarias para ser líderes de beneficio individual y global en salud, generadores de las nuevas transformaciones que exige la formación médica profesional en la actualidad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS PUBLICACIONES

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